Saxofón soprano, alto, tenor y barítono.

Luis Advis nació en 1935 en el puerto de Iquique, Chile y desde niño se interesó por la música. En 1952 se trasladó a Santiago para iniciar sus estudios de leyes, a los tres años los abandonó y cursó Licenciatura en Filosofía en la Universidad de Chile.

Simultáneamente continuó sus estudios de piano -que había iniciado en su ciudad natal- con destacados maestros, tales como Julia Pastén y Alberto Spikin. Al poco tiempo, también empezó a trabajar en composición con Gustavo Becerra.

En la década de 1960 ingresó como profesor de filosofía a la Universidad de Chile. En la actualidad enseña en la Facultad de Artes de esa misma Universidad, además es presidente de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD).

En su carrera de compositor Advis ha cultivado diferentes géneros, desde la llamada música culta hasta la popular, dependiendo de las necesidades que le imponga la obra en proceso de creación, el lenguaje utilizado. Sus primeras experiencias creativas se desarrollaron en el campo de la música culta. La ópera, una de sus aficiones juveniles, juega un papel importante en el quehacer musical del compositor. Este gusto por la relación música -teatro determinó, tal vez, que en un comienzo haya sido conocido por su música incidental para la escena. El más temprano aporte a este género fue su colaboración musical a la pieza de teatro de Jaime Silva La princesa Panchita, estrenada en 1958.

A partir de ese año hasta la actualidad le ha cabido su participación en alrededor de 90 montajes teatrales. Advis es igualmente autor de música para algunas cintas cinematográficas, como La tierra prometida (1973), del director Miguel Littin, y Julio comienza en Julio (1979), y Coronación (2000) dirigidas por Silvio Caiozzi, así como de música incidental para series televisivas. En su catálogo figuran numerosas composiciones para instrumentos solos, conjuntos de cámara y orquesta sinfónica.

Entre ellas resaltan:

• Divertimiento (1978) para quinteto de vientos,
• Los tres tiempos de América (1983) sinfonía para voces y conjunto instrumental,
• Murales extremeños. Cantata de extremadura y América (1993) para soprano, tenor, 2 actores, coro mixto y orquesta sinfónica y Suite Latinoamericana (1994) para orquesta sinfónica.

Pero Luis Advis, más que por sus obras de naturaleza docta, es conocido por su Cantata Santa María de Iquique (1969) -con textos propios- para voces, narrador, 2 guitarras, 2 quenas, charango, bombo, cello y contrabajo, en que emplea un lenguaje directamente entroncado con las raíces del folclore chileno y que marca el inicio de una serie de composiciones, de distintos autores, genéricamente denominadas cantatas populares.

Estas son parte del movimiento comenzado a fines de la década de 1960 llamado Nueva Canción Chilena y que fueron difundidas por conjuntos populares como Quilapayún e Intillimani.

Reseña biográfica por Fernando García.

Cinco danzas breves, de Luis Advis (Chile)
Las Cinco danzas breves fueron compuestas por Advis en 1998 a petición de Miguel Villafruela, a quien las dedicó. Sobre sus danzas el compositor ha expresado: "Ellas se atienen, genéricamente, a la forma Lied -para este caso, A-B-A'- aunque con ciertas licencias, como por ejemplo en el Son cubano, donde la sección central se desenvuelve como una corta cadenza (a cargo del saxo alto) que, al mismo tiempo, sirve de puente a A'. Básicamente tonales en su tratamiento armónico-melódico, los ritmos elegidos pueden considerarse americanos, sea por su origen (Cha-cha-chá, Son, Habanera y Rag Time) o por su uso (Vals). Cada uno de los trozos, absolutamente independientes entre ellos, reflejan el mundo expresivo que podría considerarse como dirigido hacia el humor o la irrisión (danzas 1, 3 y 5, de tempo más bien rápido) o bien hacia la introspección o la nostalgia (danzas 2 y 4, de pulsación lenta)". Comentarios por Fernando García.